lunes, 8 de octubre de 2012

VOLVER A EMPEZAR - Felipe Guerrero

Esta es una bella reflexión que acabo de recibir de la autoría de mi estimado amigo, el Profesor Felipe Guerrero. Creo que a quienes apoyabamos la opción del candidato Henrique Capriles nos toca asimilar el duelo de esta pérdida electoral de la manera más ciudadana posible y "volver a empezar". Gracias profesor, le confieso que nos hace falta a muchos quienes por el desaliento y la frustración hemos pecado de perder la sindéresis y olvidar que todos somos hermanos venezolanos.

"Mi nona Margarita era una mujer cálida y llena de comprensión; tenía siempre la palabra justa y una mirada en el infinito. La abuela no juzgaba a nadie pero tampoco se parecía a nadie.
En la medianoche de este domingo siete de Octubre, buscando en el baúl de la tristeza melancólica, me atreví a desempolvar los recuerdos de la existencia de mi nona Margarita.
Cierto día, con toda la carga de inocencia infantil corríamos por el solar de la casa. Corría y corría sin parar, hasta que plof… al doblar la esquina, choqué contra alguien vertiendo así todo el contenido del posillo de café que llevaba mi nona. Yo por otro lado, caí al suelo por el fuerte impacto. Me raspé las rodillas y empecé a llorar. Al levantar la vista me encontré con un par de ojos aguamarina que me miraban con amor. Esos brillantes ojos pertenecían a mi nona.
Inmediatamente pronunció la lección más sabia que he escuchado en mi vida: « Si te caes te levantas, te limpias las heridas, te sacudes el polvo ¡y sigues caminando! Caerse no es malo... quedarse en el suelo si... »
La noche de este siete de Octubre retumbó en mis oídos y ojalá retumbe en los oídos de millones de venezolanos que «Caerse no es malo... Lo malo es quedarse en el suelo…»
Yo que he sido maestro recibí este domingo una extraordinaria clase magistral. ¡Que gran lección de esperanza nos dictaron millones de ancianos que vi en las interminables colas junto a millones de muchachos que competían por el amor a Venezuela!
Vivimos la estación de la esperanza. Esperar significa permanecer en un sitio o en una situación hasta que algo suceda o alguien llegue. Esperar ocupa gran parte del tiempo de nuestras vidas.
Algunas esperas nos obligan a estar en un espacio durante un tiempo determinado. En las oficinas públicas la espera se hace eterna. En algunas instituciones tienen sillas y números lo cual lo hace bastante cómodo para instalarse con un libro.
Esperamos al teléfono, esperamos en la antesala para la consulta con los médicos, casi siempre esperamos más tiempo del que quisiéramos.
Hay esperas ansiosas como quien aguarda el resultado de una biopsia… Hay esperas alegres como la fiesta de cumpleaños o la llegada de un hijo.
Esperar también significa confiar, desear que pase algo, definición que queda más clara en el sustantivo esperanza. El embarazo es un estado de espera y de esperanza.
No es cierto que la esperanza sea lo último que se pierde. A medida que pasan los años se gana paciencia para esperar pero también se puede perder esperanza. Con hermosos versos de Benedetti, la voz de Joan Manuel Serrat dice que «Las esperanzas no llegan al otoño». En juventud acumulada siento que me queda mucha esperanza.
No es que uno no practique las tres virtudes teologales. Los años nos hacen más caritativos. Algunos refuerzan la fe y otros la abandonan para siempre. Pero lo que es la esperanza, esa siempre está intacta…
En el exilio, los judíos rezaban: «Si me olvido de ti, Jerusalén, que se seque mi mano derecha y la lengua se me pegue al paladar». En este momento, que ninguno se olvide de Venezuela.
Con San Agustín decimos: «Reza como si todo dependiera de Dios. Trabaja como si todo dependiera de ti»
Hoy mi nona me volvió a susurrar al oído: «Si te caes te levantas, te limpias las heridas, te sacudes el polvo ¡y sigues caminando! Caerse no es malo... quedarse en el suelo si... ». Vamos a oír a la nona, vamos a volver a empezar."