viernes, 30 de noviembre de 2012

Discurso Acto de Grado UNET 30-11-2012 10:00 am


Palabras de José Luis Rodríguez Pérez
Acto de Grado UNET 30-11-2012 10:00 am


Buenos días….

Comienzo estas palabras agradeciendo a Dios por permitirnos estar aquí reunidos en tan maravillosa celebración, también agradezco al Rector, quien en una muestra de su amplitud democrática me ha concedido una atribución y privilegio exclusivo de su investidura como es tener el honor de expresar las palabras en este solemne acto académico. También agradezco a las demás autoridades por apoyar complacidos esta decisión del Rector.

Voy a separar el discurso en dos partes, la primera se refiere a este acto en sí y la denominaré el Rito de Pasaje y la segunda parte la denominaré ¿Qué depara el futuro?

El Rito de Pasaje

Hace un poco más de 25 años, un 9 de mayo, caminé por este mismo pasillo central para solicitar al Rector de esa época, el Dr. Joaquín Rodríguez que nos confiriera los títulos a los que aspirábamos en un acto que reunía a todas las promociones de ese semestre: ing. industriales, ing. agrónomos, zootecnistas e ing. mecánicos. Ese es un anclaje en mi memoria que activa emociones intensas cada vez que oigo a un graduando repetir esas mismas palabras, como hoy lo hizo Edwar Johan Díaz.

En aquella época no existían las cervezadas, así que el rito de pasaje de bachiller a ingeniero o zootecnista se concentraba sólo en el acto de grado. Hace poco leí en algunos  blogs de egresados de promociones recientes de la UNET que para ellos la cervezada había sido más emocionante que el acto de grado en sí, y que si tuvieran que escoger entre asistir sólo a uno de los dos eventos, seguro se decidirían por la cervezada.
El Dr. Alexander Mansutti, Coordinador General de Investigación y Postgrado de la UNEG, antropólogo de profesión y quien tiene dos hijos egresados de la UNET dice: “La cervezada de la UNET es la vaina más divina antropológicamente hablando, pues es como volver a las cavernas, pero con cerveza y barro.” Mansutti explica esta apreciación identificándola como un rito de pasaje. Parafraseando muchas de sus ideas y agregando algunas pocas mías, continúo, los ritos de pasaje o transición son actos rituales, primitivos, ancestrales, densamente simbólicos, en los que un individuo entra con una condición y sale con otra. El matrimonio y los bautizos son ritos de transición y las graduaciones también. Los estudios universitarios, como todo proceso de socialización se fundamenta en jerarquías. El ejercicio de la autoridad lo ostenta el profesor, esa autoridad es una fuerza ligera que se transforma en poder y dominio, en nuestro caso un dominio fundado en que deberíamos saber más que los estudiantes y que por eso estamos allí para enseñarles. Además se nos confiere el deber de evaluarlos y decidir quiénes se quedan y quienes siguen. De nuevo una autoridad que nos da dominio. Todo proceso de socialización se funda en el hecho de que uno enseña y otro aprende, y el que enseña tiende a controlar el proceso del que aprende. Ello pasa en todas las sociedades, incluidas las más simples y horizontales.

Por ello, volviendo al tema de la cervezada, lo más significativo del acto ritual no lo es la cantidad de alcohol que se consume sino la cantidad de transgresiones y rupturas que se provocan. El estudiante, próximo a graduarse, rompe con la autoridad institucional al confrontar a los profesores que ya no pueden aplazarlo ni impedir que llegue a obtener su título. La bebedera de cerveza es una ruptura con los estereotipos deseables de la Universidad y de una sociedad de rigor como la tachirense donde es mal visto el consumo excesivo de alcohol. En un solo acto y durante un solo día se confronta y asesina simbólicamente la autoridad del profesor y la autoridad de la institución que promueve los arquetipos sociales. En términos freudianos se resuelve un Edipo con el asesinato simbólico de la autoridad paterna representada en la institución y los profesores. Con la cervezada los estudiantes ya casi profesionales despliegan sus alas y las baten frente a las narices de quienes los dominaron durante el tiempo de sus estudios, lo cual es sano y natural pues se preparan para escapar del nido que los formó durante varios años. Obviamente como toda trasgresión, tiende a conmover a quienes pueden sentirse afectados u ofendidos; sin embargo, los profesores debemos entender que al igual que cuando los adolescentes confrontan a sus padres, no lo hacen con odio o por maldad, esta trasgresión lleva implícita, oculta, una manifestación de protesta por una gran pérdida que el mismo individuo prevé que sufrirá muy pronto, perderá la membresía al recinto que lo ha acogido por años, deberá separarse, eso genera tristeza, un duelo, se obtendrá un título, pero se dejan atrás los momentos hermosos propios del pregrado, que no volverán ni que se haga otra carrera alterna.

Como todo acto de este tipo, los transgresores se transforman de nuevo en ciudadanos correctos, ahora convertidos en profesionales independizados de la institución y sus profesores, y la trasgresión ritual desaparece hasta que haya una nueva cohorte de graduandos. Las fiestas de trasgresión no son otra cosa que la reafirmación de la normalidad luego de un corto escape de locura. Después de la despedida de solteros viene el matrimonio, del carnaval viene el miércoles de ceniza y 40 días después la Semana Santa. Ya después de la cervezada los profesores volverán a dominar sus aulas; y los muchachos, futuros cerveceaderos, a estudiar y ajustarse a lo que se les imponga para su formación.

El rito de pasaje no es sólo la trasgresión, debe culminar en un acto que es serio y generalmente solemne donde el iniciado recibe derechos y se compromete a unos deberes. Es por ello que hoy el Rector les entregó un título, pero antes les hizo jurar que lo honrarían ante Dios, sus conciencias y ante la sociedad. Quizás alguno de los graduados, ya cansado y acalorado por el uso prolongado de la toga y el birrete, y por tener que soportar discursos, himnos y protocolo en general, esté pensando arrepentido: yo mejor debería haber recibido mi título por Secretaría. Sin embargo, y a menos que las circunstancias lo impidan, los actos asociados a los ritos de pasaje, deben ser públicos, generalmente protocolares, emocionantes y hasta traumáticos, es la manera de marcar indeleblemente en la memoria del iniciado y de la sociedad que lo rodea, un hecho que define un antes y un después.

En relación al tema compartiré con ustedes la siguiente anécdota: ya próximo a graduarme de mis estudios de postgrado en Cleveland, Ohio, Estados Unidos, uno de mis compañeros de graduación le dijo a nuestro tutor común que a él no le gustaba el protocolo asociado a la graduación  y que por eso lo haría por Secretaría, a lo cual mi tutor le dijo: el acto de graduación es más de su familia y de quienes lo aman, que de usted mismo, así que esa no es una decisión que usted debe tomar unilateralmente, en su caso, su esposa y su pequeño hijo han sacrificado tiempo valioso para que usted estudiara, ha llegado el momento para que les compense ese sacrificio con la satisfacción de verlo convertirse en doctor. El epílogo de este diálogo es que mi amigo efectivamente asistió al acto de graduación y fue, por cierto, quien tuvo más acompañantes, pues su padre viajó desde el Cairo, Egipto, y uno de sus hermanos desde Nueva York. Así al igual que ustedes graduados,  hoy sus padres, hermanos, abuelos, parejas, hijos y otros familiares y amigos, que les acompañan en presencia física o espiritual, y que tal vez recorrieron un largo trayecto para estar aquí, son también protagonistas de este bello acto, pido muy merecidamente un fuerte aplauso para ellos.

En el simbolismo del acto de grado, un bachiller con un birrete del cual cuelga una borla cerca de su oreja izquierda, se lo quita, lo pone bajo su brazo, se inclina frente al Rector, él le coloca una medalla, le entrega un título y al volverse a colocar el birrete, como por arte de magia, la borla cruza éste para colgar ahora cerca de la oreja derecha, y en ese momento, justo en ese momento, un bachiller se convierte en un profesional, en el caso de esta mañana, en un ingeniero o un licenciado.

¿Qué depara el futuro?

En una sociedad de progreso y en pleno desarrollo económico, la obtención de un título debería garantizar el ingreso inmediato al mercado laboral en el área de formación, pero la realidad venezolana no es así, sin embargo, adoptando una actitud llena de mucho optimismo y persistencia, los  graduados deben ejecutar un plan que les permita crear sus propias empresas o ganar alguna de las plazas que requieran sus competencias en diversas instancias, dentro y fuera de la región. El mundo globalizado ha hecho que nuestros egresados se distribuyan a lo largo y ancho del país y muchos en diversos países del mundo. Algunos como empresarios, otros desempeñándose en su área de formación para empresas gubernamentales o industriales. Algunos en la docencia y otros continuando estudios de postgrado. Les deseo mucha suerte y éxito en esa búsqueda. Y un consejo, sin miedo, pues los miedos son especialistas en robarse los sueños.

Esta búsqueda pretende resolver un problema pragmático e inmediato, como es emprender una actividad que permita obtener ingresos económicos y el desarrollo profesional; sin embargo existe un trasfondo filosófico, humano, que no debemos olvidar y que a continuación trataré de plasmar en mi mensaje. Comenzaré con la siguiente anécdota: Cuando John Lennon, el cantante inglés de los Beatles, tenía 5 años, les preguntó la maestra en su primer grado de la escuela, ¿Niños, qué quieren ser cuando sean grandes? Y él respondió: quiero ser feliz. La maestra le dijo: John, no entendiste la pregunta, ¿me refiero a qué profesión quieres tener? Y él le respondió de nuevo: Maestra, disculpe, es usted la que no entiende la vida.
Este diálogo muestra una precoz claridad sobre un objetivo fundamental de la vida; sin embargo, éste no debe ser un objetivo de satisfacción solamente individual, ampliando la idea, Mario Moreno “Cantinflas” dijo: "La primera obligación de todo ser humano es ser feliz, la segunda, es hacer feliz a los demás"
De nuevo esto supone emprender una búsqueda incesante, pues difícilmente la felicidad se puede retener por mucho tiempo, pero si es posible a través de nuestras acciones propiciar que esos momentos ocurran frecuentemente.

Para encontrar los verbos que definen esas acciones empezaré tomando como referencia los diez mandamientos de la ley de Dios que compartimos judíos, cristianos y musulmanes. Estos mandamientos sin embargo en su mayoría están escritos en negativo; es decir, en términos de prohibiciones, y las prohibiciones no conducen a la acción, todo lo contrario. Me voy a atrever a resumir los diez mandamientos en uno solo, en positivo, y con tres acciones: Amar, respetar y honrar  a Dios, a uno mismo y al prójimo. 

Por otra parte Bolívar dijo: "La gloria está en ser grande y ser útil", la Madre Teresa de Calcuta, “Quien no vive para servir no sirve para vivir”, John F. Keneddy: “No preguntes que puede hacer tu país por ti, pregunta que puedo hacer por mi país.”, estas tres frases agregan otra acción fundamental, servir.
Si todos los seres humanos nos ocupáramos de vivir aplicando estas cuatro acciones: amar, respetar, honrar y servir a Dios, a uno mismo y a los demás, aunque utópico como la realidad nos muestra, tendríamos garantías de felicidad individual y social; además de su contexto subyacente como son la paz, la justicia social, el progreso, entre muchos más.

Como universitario debo agregar una acción individual más, citando a José Martí, quien dijo “Hay tres cosas que cada persona debería hacer durante su vida: plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro.”, esta acción es trascender.

Hoy entregamos al país un nutrido grupo de valiosos ingenieros electrónicos, mecánicos, informáticos, ambientales, agrónomos y también de licenciados en música, reciban mis felicitaciones, deseos por su éxito y felicidad, y les pido que recuerden siempre que aquí está la “madre que los alimentó intelectual y socialmente”, su alma máter, con los brazos abiertos para sus hijos. Vayan y hagan impacto, transformen esta sociedad en positivo, como muy bien lo dice Paulo Freire: “la educación no cambia al mundo, cambia a las personas que cambiarán el mundo.”

Muchas gracias, Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo

José Luis Rodríguez Pérez
jlrodriguezp@gmail.com


lunes, 8 de octubre de 2012

VOLVER A EMPEZAR - Felipe Guerrero

Esta es una bella reflexión que acabo de recibir de la autoría de mi estimado amigo, el Profesor Felipe Guerrero. Creo que a quienes apoyabamos la opción del candidato Henrique Capriles nos toca asimilar el duelo de esta pérdida electoral de la manera más ciudadana posible y "volver a empezar". Gracias profesor, le confieso que nos hace falta a muchos quienes por el desaliento y la frustración hemos pecado de perder la sindéresis y olvidar que todos somos hermanos venezolanos.

"Mi nona Margarita era una mujer cálida y llena de comprensión; tenía siempre la palabra justa y una mirada en el infinito. La abuela no juzgaba a nadie pero tampoco se parecía a nadie.
En la medianoche de este domingo siete de Octubre, buscando en el baúl de la tristeza melancólica, me atreví a desempolvar los recuerdos de la existencia de mi nona Margarita.
Cierto día, con toda la carga de inocencia infantil corríamos por el solar de la casa. Corría y corría sin parar, hasta que plof… al doblar la esquina, choqué contra alguien vertiendo así todo el contenido del posillo de café que llevaba mi nona. Yo por otro lado, caí al suelo por el fuerte impacto. Me raspé las rodillas y empecé a llorar. Al levantar la vista me encontré con un par de ojos aguamarina que me miraban con amor. Esos brillantes ojos pertenecían a mi nona.
Inmediatamente pronunció la lección más sabia que he escuchado en mi vida: « Si te caes te levantas, te limpias las heridas, te sacudes el polvo ¡y sigues caminando! Caerse no es malo... quedarse en el suelo si... »
La noche de este siete de Octubre retumbó en mis oídos y ojalá retumbe en los oídos de millones de venezolanos que «Caerse no es malo... Lo malo es quedarse en el suelo…»
Yo que he sido maestro recibí este domingo una extraordinaria clase magistral. ¡Que gran lección de esperanza nos dictaron millones de ancianos que vi en las interminables colas junto a millones de muchachos que competían por el amor a Venezuela!
Vivimos la estación de la esperanza. Esperar significa permanecer en un sitio o en una situación hasta que algo suceda o alguien llegue. Esperar ocupa gran parte del tiempo de nuestras vidas.
Algunas esperas nos obligan a estar en un espacio durante un tiempo determinado. En las oficinas públicas la espera se hace eterna. En algunas instituciones tienen sillas y números lo cual lo hace bastante cómodo para instalarse con un libro.
Esperamos al teléfono, esperamos en la antesala para la consulta con los médicos, casi siempre esperamos más tiempo del que quisiéramos.
Hay esperas ansiosas como quien aguarda el resultado de una biopsia… Hay esperas alegres como la fiesta de cumpleaños o la llegada de un hijo.
Esperar también significa confiar, desear que pase algo, definición que queda más clara en el sustantivo esperanza. El embarazo es un estado de espera y de esperanza.
No es cierto que la esperanza sea lo último que se pierde. A medida que pasan los años se gana paciencia para esperar pero también se puede perder esperanza. Con hermosos versos de Benedetti, la voz de Joan Manuel Serrat dice que «Las esperanzas no llegan al otoño». En juventud acumulada siento que me queda mucha esperanza.
No es que uno no practique las tres virtudes teologales. Los años nos hacen más caritativos. Algunos refuerzan la fe y otros la abandonan para siempre. Pero lo que es la esperanza, esa siempre está intacta…
En el exilio, los judíos rezaban: «Si me olvido de ti, Jerusalén, que se seque mi mano derecha y la lengua se me pegue al paladar». En este momento, que ninguno se olvide de Venezuela.
Con San Agustín decimos: «Reza como si todo dependiera de Dios. Trabaja como si todo dependiera de ti»
Hoy mi nona me volvió a susurrar al oído: «Si te caes te levantas, te limpias las heridas, te sacudes el polvo ¡y sigues caminando! Caerse no es malo... quedarse en el suelo si... ». Vamos a oír a la nona, vamos a volver a empezar."

domingo, 1 de julio de 2012


José Luis Rodríguez Pérez al Rectorado: una gestión hacía la búsqueda permanente del progreso…




El próximo 4 de julio es la cita para que la comunidad de la UNET muestre una vez más su liderazgo en términos de la democratización en Universidades Experimentales del país.

Motivados por nuestro amor a la Universidad y por el deseo de imprimirle cambios en su conducción que le permita retomar el nivel de excelencia académica que la ha caracterizado, decidimos constituir un equipo plural y heterogéneo en ideologías y profesiones, pero muy homogéneo en nuestra visión compartida de Universidad. Estamos conscientes que nuestro mayor desafío consiste en la búsqueda de recursos financieros y en el establecimiento de un mejor clima organizacional que proporcione condiciones para el bienestar académico, administrativo y laboral del recurso más valioso de la institución que es su capital humano integrado por obreros, estudiantes, egresados, administrativos, académicos y jubilados de todos los gremios.

Pareciera que el tema central de estas elecciones es la necesidad de cambio o transformación de la UNET. Las propuestas de todos los candidatos, incluyéndome, esbozan una Universidad muy diferente, que en todos los casos luce mejorada, una Universidad quizás factible o quizás utópica; son Ustedes los electores quienes deben juzgar los niveles de factibilidad de cada propuesta y el nivel de confianza que cada candidato inspire en la consecución de sus propuestas; sin embargo, más importante aún, es su propia voluntad y convencimiento en acompañar con su participación el logro de esos cambios, pues de no ser así, una votación sin convicción conducirá irremediablemente al estancamiento de la Universidad. Ciertamente los verdaderos protagonistas de este cambio serán ustedes,  quienes en la intimidad del cubículo de votación tendrán la seria y grave responsabilidad de decidir si quieren continuar con la misma Universidad o si quieren un cambio más profundo con nuevos liderazgos. Mis compromisos, de recibir la responsabilidad y el honor de ser electo el Rector de la UNET, son:

1.  Suscribir en su totalidad las propuestas de mis compañeros de equipo los Profesores: Antonio Bravo (V.Acad.), Feijoo Colomine (V.Adm.), Rubén Omaña (D.Doc.), Tania Peña (D.Inv.), José Ramón Castillo (D.Ext.), Miguel García (D.Postg.) y Lisset Santos (D.D.Est.).

2. Armonizar las propuestas de nuestro equipo con las de otros candidatos y cualquier otro miembro o grupo de la comunidad Unetense para lograr gestionar, desde esta diversidad, una visión compartida de institución que converja en las líneas gruesas con cada uno de los proyectos de vida  de los miembros de esta hermosa comunidad.

3. Fortalecer la majestad del Consejo Universitario, delegando en éste las decisiones trascendentales  que apunten a la Visión de la UNET. Convencido de la frase de Ken Blanchard: “Ninguno de nosotros es más inteligente que todos nosotros juntos” considero así mismo que este principio de gerencia colectiva debe privilegiarse sobre la gerencia individual también en el Consejo Académico, Consejos de Decanatos, Departamentos, Coordinaciones, Núcleos y Comisiones. Donde cada instancia asuma sus responsabilidades y que también se le respeten sus decisiones en las instancias jerárquicamente superiores. Todo ello coadyuvará a retomar el pulso de la gobernabilidad y armonía en la institución.

4. Impulsar en toda la institución la creación de la AGENDA DE INVESTIGACIÓN UNET. Esta agenda debe establecer dónde estamos y hacia donde queremos ir a nivel de Investigación y Desarrollo. Para ello es fundamental la participación de todas las autoridades, investigadores, núcleos de conocimiento y demás miembros de la comunidad UNET, así como del entorno industrial y gubernamental, para establecer nuestras líneas de investigación fundamentales y derivadas, las cuales definirán la “personalidad” de la UNET como institución a nivel de investigación y desarrollo.

5. Impulsar un Reglamento de Obvenciones y Asignaciones que como incentivo permita al trabajador heterologar su sueldo en función de las actividades extraordinarias que realice para la Universidad una vez cumplidas todas las responsabilidades requeridas por su cargo. Esto propiciará su permanencia en la institución y evitará que vaya en la búsqueda de remuneraciones complementarias fuera de ella.

6. Impulsar un sistema de estímulos para el personal que utilice baremos que evalúen su pertenencia institucional con indicadores de actividad en: investigación, extensión, docencia, administración, gremios, deportes, artes y comunidades, y como producto provea una valoración para el reconocimiento de horas de docencia directa, incentivos financieros como bonos compensatorios e incentivos de mérito como distinciones honoríficas.

7. Conformar una instancia legislativa permanente que se encargue de redactar y actualizar las normativas tan necesarias para regular de manera justa y transparente los mecanismos de ingreso, clasificación y ascenso del personal académico, administrativo y obrero.

8. Convencer al gobierno que los beneficios estudiantiles basados en su condición socio-económica deben ser independientes de los basados en sus méritos académicos. Que la eliminación actual del doble beneficio: Beca y Preparaduría es una decisión discriminatoria contra los estudiantes de bajos recursos que tienen un desempeño académico destacado. 

9. Establecer becas de postgrado que incluyan responsabilidades de docencia de pregrado con el fin de garantizar interinos de excelente calidad.

10. Impulsar acciones y campañas de concienciación en lo humano para:
  • Establecer un clima organizacional que mejore nuestra calidad de vida, donde logremos el rescate del trato amable, respetuoso, la elevación de nuestro discurso, la construcción de nuestro orgullo y sentido de pertenencia.
  • Adecuar toda nuestra infraestructura para hacerla amigable a personas con discapacidades motoras.
  • Mejorar nuestra imagen corporativa.
11. Impulsar acciones y campañas de concienciación en lo ambiental para:
  • Ser un modelo en el buen trato y cuidado de los animales.
  • Agrupar los laboratorios en términos de los riesgos biológicos, químicos, físicos asociados a ellos y proveer a esas áreas de los mecanismos de seguridad laboral requeridos por ley.
  • Mejorar el sistema de acumulación de desechos de basura en la institución, promoviendo la separación de los diversos tipos de residuos sólidos para el reciclaje.
  • Mantener y cuidar la infraestructura e instalaciones de la Universidad.
12. Impulsar la contratación de jubilados académicos, administrativos y obreros como tutores, supervisores y formadores de las nuevas generaciones. La Universidad requiere de su sapiencia para reforzar la planificación, legislación, pedagogía, evaluación y tantas otras actividades fundamentales de nuestro quehacer diario.

13. Impulsar la creación de una oficina de Asuntos Fronterizos para la planificación y ejecución de actividades y obras de interés que permitan lograr nuestros objetivos comunes para los diversos sectores de la frontera colombo-venezolana, lo cual vendrá a fortalecer aún más esta relación bilateral en beneficio de nuestras naciones.

Nuestra Universidad se merece una gestión que promueva el progreso, que sea fuente del bienestar colectivo para su comunidad y el entorno.

José Luis Rodríguez Pérez
Candidato al Rectorado UNET.

Contacto:  jlrodriguezp@unet.edu.ve , Facebook y Twitter: jlrodriguezp


jueves, 21 de junio de 2012



Alternativa Universitaria

Universidad Nacional Experimental del Táchira (UNET)

La misión de la Universidad es asimilar, crear y promover el conocimiento en la permanente búsqueda de la verdad.

Asimilar implica formar, la actividad de formación está asociada a la idea de la transmisión de lo esencialmente cultural, de una generación a otra, base sobre la cual se sustenta el desarrollo de un país. Para poder formar es necesario crear nuevos cuestionamientos de la verdad, lo que se traduce en plantearse un diálogo de saberes, que conducen a la formulación de conceptos, ese es el proceso de la investigación. La promoción de lo cultural, la extensión universitaria tiene que ver precisamente con el grado de pertenencia de la universidad con su entorno, su contribución para potenciar el desarrollo de la sociedad.

En esas tres aristas se debe sustentar la Academia: Docencia (Asimilar), Investigación (Crear) y Extensión (Promover). Si visualizamos estos elementos de manera fragmentada, no sistémica estamos errando en esencia la misión Universitaria. Nos preocupa que esta realidad esté socavando las bases filosóficas y de principios sobre las cuales históricamente se ha sustentado el prestigio de la UNET.

Esta preocupación nos ha motivado a conformar un equipo de hombres y mujeres de pensamiento plural, con la voluntad, experiencia y la capacidad para liderar colectivamente con la comunidad universitaria el impulso de un nuevo estilo de gestión, privilegiando el valor y el respeto al ser humano, retomando lo sistémico, administrando con prudencia y direccionando la búsqueda de recursos para hacer de nuestra Universidad un ícono más valorado por la sociedad tachirense y el país.

Estamos convencidos que por sobre todas las cosas está la búsqueda del bienestar del ser humano como individuo, como miembro de una familia, de una institución y de una sociedad. Este bienestar sólo es posible en una institución que incorpore en sus planes estratégicos la formación y protección de su personal, el reconocimiento al mérito, salarios justos mediante el uso de formulas novedosas. Es urgente y necesario tener políticas claras de estímulo y evaluación tanto a nivel de ingreso a la institución, como de clasificación y ascenso, sobre la base de una normativa clara de trabajos de ascenso o manuales de cargo cónsonos con las nuevas realidades nacionales y globales.

Proponemos una visión de Universidad que atienda además de las necesidades de docencia, investigación y extensión, el bienestar de toda la comunidad universitaria. Una institución donde la experiencia de sus jubilados sea valorada y reconocida en su justa dimensión, donde los jóvenes puedan formarse integralmente y los egresados encuentren un punto de apoyo y respaldo ante la sociedad. Esos son nuestros objetivos: potenciar la Academia y avanzar en la búsqueda de la prosperidad individual y colectiva, estamos seguros que podemos hacerlo.

Presentamos nuestros nombres, nuestras credenciales y nuestro amor por la institución:

José Luis Rodríguez
Rector

Antonio Bravo
Vicerrector Académico

Feijoo Colomine
Vicerrector Administrativo

Rubén Omaña
Decano de Docencia

Tania Peña
Decana de Investigación

José Ramón Castillo
Decano de Extensión

Lisett Santos
Decana de Desarrollo Estudiantil

Miguel García
Decano de Postgrado