viernes, 30 de noviembre de 2012

Discurso Acto de Grado UNET 30-11-2012 10:00 am


Palabras de José Luis Rodríguez Pérez
Acto de Grado UNET 30-11-2012 10:00 am


Buenos días….

Comienzo estas palabras agradeciendo a Dios por permitirnos estar aquí reunidos en tan maravillosa celebración, también agradezco al Rector, quien en una muestra de su amplitud democrática me ha concedido una atribución y privilegio exclusivo de su investidura como es tener el honor de expresar las palabras en este solemne acto académico. También agradezco a las demás autoridades por apoyar complacidos esta decisión del Rector.

Voy a separar el discurso en dos partes, la primera se refiere a este acto en sí y la denominaré el Rito de Pasaje y la segunda parte la denominaré ¿Qué depara el futuro?

El Rito de Pasaje

Hace un poco más de 25 años, un 9 de mayo, caminé por este mismo pasillo central para solicitar al Rector de esa época, el Dr. Joaquín Rodríguez que nos confiriera los títulos a los que aspirábamos en un acto que reunía a todas las promociones de ese semestre: ing. industriales, ing. agrónomos, zootecnistas e ing. mecánicos. Ese es un anclaje en mi memoria que activa emociones intensas cada vez que oigo a un graduando repetir esas mismas palabras, como hoy lo hizo Edwar Johan Díaz.

En aquella época no existían las cervezadas, así que el rito de pasaje de bachiller a ingeniero o zootecnista se concentraba sólo en el acto de grado. Hace poco leí en algunos  blogs de egresados de promociones recientes de la UNET que para ellos la cervezada había sido más emocionante que el acto de grado en sí, y que si tuvieran que escoger entre asistir sólo a uno de los dos eventos, seguro se decidirían por la cervezada.
El Dr. Alexander Mansutti, Coordinador General de Investigación y Postgrado de la UNEG, antropólogo de profesión y quien tiene dos hijos egresados de la UNET dice: “La cervezada de la UNET es la vaina más divina antropológicamente hablando, pues es como volver a las cavernas, pero con cerveza y barro.” Mansutti explica esta apreciación identificándola como un rito de pasaje. Parafraseando muchas de sus ideas y agregando algunas pocas mías, continúo, los ritos de pasaje o transición son actos rituales, primitivos, ancestrales, densamente simbólicos, en los que un individuo entra con una condición y sale con otra. El matrimonio y los bautizos son ritos de transición y las graduaciones también. Los estudios universitarios, como todo proceso de socialización se fundamenta en jerarquías. El ejercicio de la autoridad lo ostenta el profesor, esa autoridad es una fuerza ligera que se transforma en poder y dominio, en nuestro caso un dominio fundado en que deberíamos saber más que los estudiantes y que por eso estamos allí para enseñarles. Además se nos confiere el deber de evaluarlos y decidir quiénes se quedan y quienes siguen. De nuevo una autoridad que nos da dominio. Todo proceso de socialización se funda en el hecho de que uno enseña y otro aprende, y el que enseña tiende a controlar el proceso del que aprende. Ello pasa en todas las sociedades, incluidas las más simples y horizontales.

Por ello, volviendo al tema de la cervezada, lo más significativo del acto ritual no lo es la cantidad de alcohol que se consume sino la cantidad de transgresiones y rupturas que se provocan. El estudiante, próximo a graduarse, rompe con la autoridad institucional al confrontar a los profesores que ya no pueden aplazarlo ni impedir que llegue a obtener su título. La bebedera de cerveza es una ruptura con los estereotipos deseables de la Universidad y de una sociedad de rigor como la tachirense donde es mal visto el consumo excesivo de alcohol. En un solo acto y durante un solo día se confronta y asesina simbólicamente la autoridad del profesor y la autoridad de la institución que promueve los arquetipos sociales. En términos freudianos se resuelve un Edipo con el asesinato simbólico de la autoridad paterna representada en la institución y los profesores. Con la cervezada los estudiantes ya casi profesionales despliegan sus alas y las baten frente a las narices de quienes los dominaron durante el tiempo de sus estudios, lo cual es sano y natural pues se preparan para escapar del nido que los formó durante varios años. Obviamente como toda trasgresión, tiende a conmover a quienes pueden sentirse afectados u ofendidos; sin embargo, los profesores debemos entender que al igual que cuando los adolescentes confrontan a sus padres, no lo hacen con odio o por maldad, esta trasgresión lleva implícita, oculta, una manifestación de protesta por una gran pérdida que el mismo individuo prevé que sufrirá muy pronto, perderá la membresía al recinto que lo ha acogido por años, deberá separarse, eso genera tristeza, un duelo, se obtendrá un título, pero se dejan atrás los momentos hermosos propios del pregrado, que no volverán ni que se haga otra carrera alterna.

Como todo acto de este tipo, los transgresores se transforman de nuevo en ciudadanos correctos, ahora convertidos en profesionales independizados de la institución y sus profesores, y la trasgresión ritual desaparece hasta que haya una nueva cohorte de graduandos. Las fiestas de trasgresión no son otra cosa que la reafirmación de la normalidad luego de un corto escape de locura. Después de la despedida de solteros viene el matrimonio, del carnaval viene el miércoles de ceniza y 40 días después la Semana Santa. Ya después de la cervezada los profesores volverán a dominar sus aulas; y los muchachos, futuros cerveceaderos, a estudiar y ajustarse a lo que se les imponga para su formación.

El rito de pasaje no es sólo la trasgresión, debe culminar en un acto que es serio y generalmente solemne donde el iniciado recibe derechos y se compromete a unos deberes. Es por ello que hoy el Rector les entregó un título, pero antes les hizo jurar que lo honrarían ante Dios, sus conciencias y ante la sociedad. Quizás alguno de los graduados, ya cansado y acalorado por el uso prolongado de la toga y el birrete, y por tener que soportar discursos, himnos y protocolo en general, esté pensando arrepentido: yo mejor debería haber recibido mi título por Secretaría. Sin embargo, y a menos que las circunstancias lo impidan, los actos asociados a los ritos de pasaje, deben ser públicos, generalmente protocolares, emocionantes y hasta traumáticos, es la manera de marcar indeleblemente en la memoria del iniciado y de la sociedad que lo rodea, un hecho que define un antes y un después.

En relación al tema compartiré con ustedes la siguiente anécdota: ya próximo a graduarme de mis estudios de postgrado en Cleveland, Ohio, Estados Unidos, uno de mis compañeros de graduación le dijo a nuestro tutor común que a él no le gustaba el protocolo asociado a la graduación  y que por eso lo haría por Secretaría, a lo cual mi tutor le dijo: el acto de graduación es más de su familia y de quienes lo aman, que de usted mismo, así que esa no es una decisión que usted debe tomar unilateralmente, en su caso, su esposa y su pequeño hijo han sacrificado tiempo valioso para que usted estudiara, ha llegado el momento para que les compense ese sacrificio con la satisfacción de verlo convertirse en doctor. El epílogo de este diálogo es que mi amigo efectivamente asistió al acto de graduación y fue, por cierto, quien tuvo más acompañantes, pues su padre viajó desde el Cairo, Egipto, y uno de sus hermanos desde Nueva York. Así al igual que ustedes graduados,  hoy sus padres, hermanos, abuelos, parejas, hijos y otros familiares y amigos, que les acompañan en presencia física o espiritual, y que tal vez recorrieron un largo trayecto para estar aquí, son también protagonistas de este bello acto, pido muy merecidamente un fuerte aplauso para ellos.

En el simbolismo del acto de grado, un bachiller con un birrete del cual cuelga una borla cerca de su oreja izquierda, se lo quita, lo pone bajo su brazo, se inclina frente al Rector, él le coloca una medalla, le entrega un título y al volverse a colocar el birrete, como por arte de magia, la borla cruza éste para colgar ahora cerca de la oreja derecha, y en ese momento, justo en ese momento, un bachiller se convierte en un profesional, en el caso de esta mañana, en un ingeniero o un licenciado.

¿Qué depara el futuro?

En una sociedad de progreso y en pleno desarrollo económico, la obtención de un título debería garantizar el ingreso inmediato al mercado laboral en el área de formación, pero la realidad venezolana no es así, sin embargo, adoptando una actitud llena de mucho optimismo y persistencia, los  graduados deben ejecutar un plan que les permita crear sus propias empresas o ganar alguna de las plazas que requieran sus competencias en diversas instancias, dentro y fuera de la región. El mundo globalizado ha hecho que nuestros egresados se distribuyan a lo largo y ancho del país y muchos en diversos países del mundo. Algunos como empresarios, otros desempeñándose en su área de formación para empresas gubernamentales o industriales. Algunos en la docencia y otros continuando estudios de postgrado. Les deseo mucha suerte y éxito en esa búsqueda. Y un consejo, sin miedo, pues los miedos son especialistas en robarse los sueños.

Esta búsqueda pretende resolver un problema pragmático e inmediato, como es emprender una actividad que permita obtener ingresos económicos y el desarrollo profesional; sin embargo existe un trasfondo filosófico, humano, que no debemos olvidar y que a continuación trataré de plasmar en mi mensaje. Comenzaré con la siguiente anécdota: Cuando John Lennon, el cantante inglés de los Beatles, tenía 5 años, les preguntó la maestra en su primer grado de la escuela, ¿Niños, qué quieren ser cuando sean grandes? Y él respondió: quiero ser feliz. La maestra le dijo: John, no entendiste la pregunta, ¿me refiero a qué profesión quieres tener? Y él le respondió de nuevo: Maestra, disculpe, es usted la que no entiende la vida.
Este diálogo muestra una precoz claridad sobre un objetivo fundamental de la vida; sin embargo, éste no debe ser un objetivo de satisfacción solamente individual, ampliando la idea, Mario Moreno “Cantinflas” dijo: "La primera obligación de todo ser humano es ser feliz, la segunda, es hacer feliz a los demás"
De nuevo esto supone emprender una búsqueda incesante, pues difícilmente la felicidad se puede retener por mucho tiempo, pero si es posible a través de nuestras acciones propiciar que esos momentos ocurran frecuentemente.

Para encontrar los verbos que definen esas acciones empezaré tomando como referencia los diez mandamientos de la ley de Dios que compartimos judíos, cristianos y musulmanes. Estos mandamientos sin embargo en su mayoría están escritos en negativo; es decir, en términos de prohibiciones, y las prohibiciones no conducen a la acción, todo lo contrario. Me voy a atrever a resumir los diez mandamientos en uno solo, en positivo, y con tres acciones: Amar, respetar y honrar  a Dios, a uno mismo y al prójimo. 

Por otra parte Bolívar dijo: "La gloria está en ser grande y ser útil", la Madre Teresa de Calcuta, “Quien no vive para servir no sirve para vivir”, John F. Keneddy: “No preguntes que puede hacer tu país por ti, pregunta que puedo hacer por mi país.”, estas tres frases agregan otra acción fundamental, servir.
Si todos los seres humanos nos ocupáramos de vivir aplicando estas cuatro acciones: amar, respetar, honrar y servir a Dios, a uno mismo y a los demás, aunque utópico como la realidad nos muestra, tendríamos garantías de felicidad individual y social; además de su contexto subyacente como son la paz, la justicia social, el progreso, entre muchos más.

Como universitario debo agregar una acción individual más, citando a José Martí, quien dijo “Hay tres cosas que cada persona debería hacer durante su vida: plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro.”, esta acción es trascender.

Hoy entregamos al país un nutrido grupo de valiosos ingenieros electrónicos, mecánicos, informáticos, ambientales, agrónomos y también de licenciados en música, reciban mis felicitaciones, deseos por su éxito y felicidad, y les pido que recuerden siempre que aquí está la “madre que los alimentó intelectual y socialmente”, su alma máter, con los brazos abiertos para sus hijos. Vayan y hagan impacto, transformen esta sociedad en positivo, como muy bien lo dice Paulo Freire: “la educación no cambia al mundo, cambia a las personas que cambiarán el mundo.”

Muchas gracias, Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo

José Luis Rodríguez Pérez
jlrodriguezp@gmail.com


lunes, 8 de octubre de 2012

VOLVER A EMPEZAR - Felipe Guerrero

Esta es una bella reflexión que acabo de recibir de la autoría de mi estimado amigo, el Profesor Felipe Guerrero. Creo que a quienes apoyabamos la opción del candidato Henrique Capriles nos toca asimilar el duelo de esta pérdida electoral de la manera más ciudadana posible y "volver a empezar". Gracias profesor, le confieso que nos hace falta a muchos quienes por el desaliento y la frustración hemos pecado de perder la sindéresis y olvidar que todos somos hermanos venezolanos.

"Mi nona Margarita era una mujer cálida y llena de comprensión; tenía siempre la palabra justa y una mirada en el infinito. La abuela no juzgaba a nadie pero tampoco se parecía a nadie.
En la medianoche de este domingo siete de Octubre, buscando en el baúl de la tristeza melancólica, me atreví a desempolvar los recuerdos de la existencia de mi nona Margarita.
Cierto día, con toda la carga de inocencia infantil corríamos por el solar de la casa. Corría y corría sin parar, hasta que plof… al doblar la esquina, choqué contra alguien vertiendo así todo el contenido del posillo de café que llevaba mi nona. Yo por otro lado, caí al suelo por el fuerte impacto. Me raspé las rodillas y empecé a llorar. Al levantar la vista me encontré con un par de ojos aguamarina que me miraban con amor. Esos brillantes ojos pertenecían a mi nona.
Inmediatamente pronunció la lección más sabia que he escuchado en mi vida: « Si te caes te levantas, te limpias las heridas, te sacudes el polvo ¡y sigues caminando! Caerse no es malo... quedarse en el suelo si... »
La noche de este siete de Octubre retumbó en mis oídos y ojalá retumbe en los oídos de millones de venezolanos que «Caerse no es malo... Lo malo es quedarse en el suelo…»
Yo que he sido maestro recibí este domingo una extraordinaria clase magistral. ¡Que gran lección de esperanza nos dictaron millones de ancianos que vi en las interminables colas junto a millones de muchachos que competían por el amor a Venezuela!
Vivimos la estación de la esperanza. Esperar significa permanecer en un sitio o en una situación hasta que algo suceda o alguien llegue. Esperar ocupa gran parte del tiempo de nuestras vidas.
Algunas esperas nos obligan a estar en un espacio durante un tiempo determinado. En las oficinas públicas la espera se hace eterna. En algunas instituciones tienen sillas y números lo cual lo hace bastante cómodo para instalarse con un libro.
Esperamos al teléfono, esperamos en la antesala para la consulta con los médicos, casi siempre esperamos más tiempo del que quisiéramos.
Hay esperas ansiosas como quien aguarda el resultado de una biopsia… Hay esperas alegres como la fiesta de cumpleaños o la llegada de un hijo.
Esperar también significa confiar, desear que pase algo, definición que queda más clara en el sustantivo esperanza. El embarazo es un estado de espera y de esperanza.
No es cierto que la esperanza sea lo último que se pierde. A medida que pasan los años se gana paciencia para esperar pero también se puede perder esperanza. Con hermosos versos de Benedetti, la voz de Joan Manuel Serrat dice que «Las esperanzas no llegan al otoño». En juventud acumulada siento que me queda mucha esperanza.
No es que uno no practique las tres virtudes teologales. Los años nos hacen más caritativos. Algunos refuerzan la fe y otros la abandonan para siempre. Pero lo que es la esperanza, esa siempre está intacta…
En el exilio, los judíos rezaban: «Si me olvido de ti, Jerusalén, que se seque mi mano derecha y la lengua se me pegue al paladar». En este momento, que ninguno se olvide de Venezuela.
Con San Agustín decimos: «Reza como si todo dependiera de Dios. Trabaja como si todo dependiera de ti»
Hoy mi nona me volvió a susurrar al oído: «Si te caes te levantas, te limpias las heridas, te sacudes el polvo ¡y sigues caminando! Caerse no es malo... quedarse en el suelo si... ». Vamos a oír a la nona, vamos a volver a empezar."

domingo, 1 de julio de 2012


José Luis Rodríguez Pérez al Rectorado: una gestión hacía la búsqueda permanente del progreso…




El próximo 4 de julio es la cita para que la comunidad de la UNET muestre una vez más su liderazgo en términos de la democratización en Universidades Experimentales del país.

Motivados por nuestro amor a la Universidad y por el deseo de imprimirle cambios en su conducción que le permita retomar el nivel de excelencia académica que la ha caracterizado, decidimos constituir un equipo plural y heterogéneo en ideologías y profesiones, pero muy homogéneo en nuestra visión compartida de Universidad. Estamos conscientes que nuestro mayor desafío consiste en la búsqueda de recursos financieros y en el establecimiento de un mejor clima organizacional que proporcione condiciones para el bienestar académico, administrativo y laboral del recurso más valioso de la institución que es su capital humano integrado por obreros, estudiantes, egresados, administrativos, académicos y jubilados de todos los gremios.

Pareciera que el tema central de estas elecciones es la necesidad de cambio o transformación de la UNET. Las propuestas de todos los candidatos, incluyéndome, esbozan una Universidad muy diferente, que en todos los casos luce mejorada, una Universidad quizás factible o quizás utópica; son Ustedes los electores quienes deben juzgar los niveles de factibilidad de cada propuesta y el nivel de confianza que cada candidato inspire en la consecución de sus propuestas; sin embargo, más importante aún, es su propia voluntad y convencimiento en acompañar con su participación el logro de esos cambios, pues de no ser así, una votación sin convicción conducirá irremediablemente al estancamiento de la Universidad. Ciertamente los verdaderos protagonistas de este cambio serán ustedes,  quienes en la intimidad del cubículo de votación tendrán la seria y grave responsabilidad de decidir si quieren continuar con la misma Universidad o si quieren un cambio más profundo con nuevos liderazgos. Mis compromisos, de recibir la responsabilidad y el honor de ser electo el Rector de la UNET, son:

1.  Suscribir en su totalidad las propuestas de mis compañeros de equipo los Profesores: Antonio Bravo (V.Acad.), Feijoo Colomine (V.Adm.), Rubén Omaña (D.Doc.), Tania Peña (D.Inv.), José Ramón Castillo (D.Ext.), Miguel García (D.Postg.) y Lisset Santos (D.D.Est.).

2. Armonizar las propuestas de nuestro equipo con las de otros candidatos y cualquier otro miembro o grupo de la comunidad Unetense para lograr gestionar, desde esta diversidad, una visión compartida de institución que converja en las líneas gruesas con cada uno de los proyectos de vida  de los miembros de esta hermosa comunidad.

3. Fortalecer la majestad del Consejo Universitario, delegando en éste las decisiones trascendentales  que apunten a la Visión de la UNET. Convencido de la frase de Ken Blanchard: “Ninguno de nosotros es más inteligente que todos nosotros juntos” considero así mismo que este principio de gerencia colectiva debe privilegiarse sobre la gerencia individual también en el Consejo Académico, Consejos de Decanatos, Departamentos, Coordinaciones, Núcleos y Comisiones. Donde cada instancia asuma sus responsabilidades y que también se le respeten sus decisiones en las instancias jerárquicamente superiores. Todo ello coadyuvará a retomar el pulso de la gobernabilidad y armonía en la institución.

4. Impulsar en toda la institución la creación de la AGENDA DE INVESTIGACIÓN UNET. Esta agenda debe establecer dónde estamos y hacia donde queremos ir a nivel de Investigación y Desarrollo. Para ello es fundamental la participación de todas las autoridades, investigadores, núcleos de conocimiento y demás miembros de la comunidad UNET, así como del entorno industrial y gubernamental, para establecer nuestras líneas de investigación fundamentales y derivadas, las cuales definirán la “personalidad” de la UNET como institución a nivel de investigación y desarrollo.

5. Impulsar un Reglamento de Obvenciones y Asignaciones que como incentivo permita al trabajador heterologar su sueldo en función de las actividades extraordinarias que realice para la Universidad una vez cumplidas todas las responsabilidades requeridas por su cargo. Esto propiciará su permanencia en la institución y evitará que vaya en la búsqueda de remuneraciones complementarias fuera de ella.

6. Impulsar un sistema de estímulos para el personal que utilice baremos que evalúen su pertenencia institucional con indicadores de actividad en: investigación, extensión, docencia, administración, gremios, deportes, artes y comunidades, y como producto provea una valoración para el reconocimiento de horas de docencia directa, incentivos financieros como bonos compensatorios e incentivos de mérito como distinciones honoríficas.

7. Conformar una instancia legislativa permanente que se encargue de redactar y actualizar las normativas tan necesarias para regular de manera justa y transparente los mecanismos de ingreso, clasificación y ascenso del personal académico, administrativo y obrero.

8. Convencer al gobierno que los beneficios estudiantiles basados en su condición socio-económica deben ser independientes de los basados en sus méritos académicos. Que la eliminación actual del doble beneficio: Beca y Preparaduría es una decisión discriminatoria contra los estudiantes de bajos recursos que tienen un desempeño académico destacado. 

9. Establecer becas de postgrado que incluyan responsabilidades de docencia de pregrado con el fin de garantizar interinos de excelente calidad.

10. Impulsar acciones y campañas de concienciación en lo humano para:
  • Establecer un clima organizacional que mejore nuestra calidad de vida, donde logremos el rescate del trato amable, respetuoso, la elevación de nuestro discurso, la construcción de nuestro orgullo y sentido de pertenencia.
  • Adecuar toda nuestra infraestructura para hacerla amigable a personas con discapacidades motoras.
  • Mejorar nuestra imagen corporativa.
11. Impulsar acciones y campañas de concienciación en lo ambiental para:
  • Ser un modelo en el buen trato y cuidado de los animales.
  • Agrupar los laboratorios en términos de los riesgos biológicos, químicos, físicos asociados a ellos y proveer a esas áreas de los mecanismos de seguridad laboral requeridos por ley.
  • Mejorar el sistema de acumulación de desechos de basura en la institución, promoviendo la separación de los diversos tipos de residuos sólidos para el reciclaje.
  • Mantener y cuidar la infraestructura e instalaciones de la Universidad.
12. Impulsar la contratación de jubilados académicos, administrativos y obreros como tutores, supervisores y formadores de las nuevas generaciones. La Universidad requiere de su sapiencia para reforzar la planificación, legislación, pedagogía, evaluación y tantas otras actividades fundamentales de nuestro quehacer diario.

13. Impulsar la creación de una oficina de Asuntos Fronterizos para la planificación y ejecución de actividades y obras de interés que permitan lograr nuestros objetivos comunes para los diversos sectores de la frontera colombo-venezolana, lo cual vendrá a fortalecer aún más esta relación bilateral en beneficio de nuestras naciones.

Nuestra Universidad se merece una gestión que promueva el progreso, que sea fuente del bienestar colectivo para su comunidad y el entorno.

José Luis Rodríguez Pérez
Candidato al Rectorado UNET.

Contacto:  jlrodriguezp@unet.edu.ve , Facebook y Twitter: jlrodriguezp


jueves, 21 de junio de 2012



Alternativa Universitaria

Universidad Nacional Experimental del Táchira (UNET)

La misión de la Universidad es asimilar, crear y promover el conocimiento en la permanente búsqueda de la verdad.

Asimilar implica formar, la actividad de formación está asociada a la idea de la transmisión de lo esencialmente cultural, de una generación a otra, base sobre la cual se sustenta el desarrollo de un país. Para poder formar es necesario crear nuevos cuestionamientos de la verdad, lo que se traduce en plantearse un diálogo de saberes, que conducen a la formulación de conceptos, ese es el proceso de la investigación. La promoción de lo cultural, la extensión universitaria tiene que ver precisamente con el grado de pertenencia de la universidad con su entorno, su contribución para potenciar el desarrollo de la sociedad.

En esas tres aristas se debe sustentar la Academia: Docencia (Asimilar), Investigación (Crear) y Extensión (Promover). Si visualizamos estos elementos de manera fragmentada, no sistémica estamos errando en esencia la misión Universitaria. Nos preocupa que esta realidad esté socavando las bases filosóficas y de principios sobre las cuales históricamente se ha sustentado el prestigio de la UNET.

Esta preocupación nos ha motivado a conformar un equipo de hombres y mujeres de pensamiento plural, con la voluntad, experiencia y la capacidad para liderar colectivamente con la comunidad universitaria el impulso de un nuevo estilo de gestión, privilegiando el valor y el respeto al ser humano, retomando lo sistémico, administrando con prudencia y direccionando la búsqueda de recursos para hacer de nuestra Universidad un ícono más valorado por la sociedad tachirense y el país.

Estamos convencidos que por sobre todas las cosas está la búsqueda del bienestar del ser humano como individuo, como miembro de una familia, de una institución y de una sociedad. Este bienestar sólo es posible en una institución que incorpore en sus planes estratégicos la formación y protección de su personal, el reconocimiento al mérito, salarios justos mediante el uso de formulas novedosas. Es urgente y necesario tener políticas claras de estímulo y evaluación tanto a nivel de ingreso a la institución, como de clasificación y ascenso, sobre la base de una normativa clara de trabajos de ascenso o manuales de cargo cónsonos con las nuevas realidades nacionales y globales.

Proponemos una visión de Universidad que atienda además de las necesidades de docencia, investigación y extensión, el bienestar de toda la comunidad universitaria. Una institución donde la experiencia de sus jubilados sea valorada y reconocida en su justa dimensión, donde los jóvenes puedan formarse integralmente y los egresados encuentren un punto de apoyo y respaldo ante la sociedad. Esos son nuestros objetivos: potenciar la Academia y avanzar en la búsqueda de la prosperidad individual y colectiva, estamos seguros que podemos hacerlo.

Presentamos nuestros nombres, nuestras credenciales y nuestro amor por la institución:

José Luis Rodríguez
Rector

Antonio Bravo
Vicerrector Académico

Feijoo Colomine
Vicerrector Administrativo

Rubén Omaña
Decano de Docencia

Tania Peña
Decana de Investigación

José Ramón Castillo
Decano de Extensión

Lisett Santos
Decana de Desarrollo Estudiantil

Miguel García
Decano de Postgrado

miércoles, 12 de octubre de 2011

Reglamento Electoral: Valoración del Voto

Estimados miembros de la comunidad Unetense. Como es de su conocimiento, el Consejo Universitario ha convocado su Sesión Extraordinaria 076/2011 para hoy lunes 10 de Octubre de 2011. Esta sesión tendrá como punto único: Consideración de las propuestas de Reglamento Electoral para las elecciones de Autoridades periodo 2012-2016 y Decanos periodo 2012-2015. Entre los temas a considerar, está la valoración del voto.

Fundamentalmente, los Consejeros tendremos que debatir y decidir acerca de dos propuestas de valoración: la del voto "uno a uno", en el que una persona equivale a un voto, y la del voto ponderado porcentualmente por gremios (profesores, administrativos, estudiantes, egresados y obreros).

Dichas propuestas nos colocan frente a una bifurcación que hará que la decisión tomada en ese Consejo Universitario sea histórica para el futuro de la UNET, trascendiendo a las universidades venezolanas.

La probabilidad de que sea aprobada cualquiera de las propuestas, hasta los momentos, parece ser la misma. Esto resulta sorprendente si se considera que el voto "uno a uno" sólo significa ventajas claras para los estudiantes y egresados, dada la cantidad que ellos representan ante los demás sectores de la comunidad universitaria. Cabe destacar que de los consejeros con derecho a voto, sólo dos NO pertenecen al sector del personal académico.

La opción del voto ponderado porcentualmente por gremios, pareciera estar cimentada por una sola hipótesis: la mejor interpretación de la "democracia en igualdad de condiciones", que establece la LOE, pues es la distribución más lógica y racional, ya que garantiza una representación importante para los administrativos y obreros quienes históricamente se encuentran excluidos del proceso electoral. Quienes adversan esta propuesta, consideran que el escenario planteado es más proclive a las impugnaciones que obviamente y con toda seguridad, harán los estudiantes o egresados. En caso de ser oídas estas impugnaciones, el ejecutivo nacional no permitiría la realización de las elecciones; se conoce que en términos de ley, una impugnación detiene un proceso electoral. Las consecuencias de esta decisión del ejecutivo serían nefastas, ya que en el venidero mes de febrero de 2012, al no tener nuevas autoridades electas, el gobierno pudiera designar a dedo un grupo interventor o imponer unas nuevas autoridades. Sin embargo, es importante acotar aquí, que nuestra actual Asamblea Nacional no fue elegida mediante el voto “uno a uno” de los venezolanos, sino más bien por un “voto ponderado” por regiones y no se ha refutado, al menos formalmente su legalidad.

Por su parte, el apoyo a la propuesta del "uno a uno", está soportado en al menos una de las siguientes hipótesis:
1) Es la mejor interpretación de la "democracia en igualdad de condiciones", que establece la Ley Orgánica de Educación (LOE).
2) Es mejor colocar a la UNET en manos de los estudiantes y egresados, ya que si esta propuesta es aprobada, se le estaría dando al gobierno lo que quiere y éste autorizaría realizar las elecciones; incluso, si los demás gremios afectados por su bajo poder electoral (profesores, administrativos y obreros), impugnaran dichas elecciones, la impugnación no sería atendida por el TSJ y el proceso electoral continuaría.
3) Se especula que los Consejeros Universitarios con intenciones electorales que apoyen esta propuesta, obtendrán automáticamente el apoyo mayoritario que deviene de estudiantes y egresados y, en consecuencia, la cantidad de votos que garantice su triunfo en la próxima contienda electoral.

En torno al tema, me planteo dos interrogantes fundamentales:
  1. Siendo los estudiantes de la UNET un modelo de resistencia política ante el actual gobierno nacional, me sorprende sobremanera que manifiesten anuencia y tanto entusiasmo ante una iniciativa del gobierno de voto “uno a uno” que claramente pretende afectar negativamente a la Universidad Venezolana. En contraste, si la mayoría de los Consejeros Universitarios apoyáramos unánimemente una opción electoral ponderada, que preserve parcialmente la Academia y también contribuya a la justicia social de la participación de todos los sectores; nuestro reglamento quedaría blindado y cualquier impugnación o una eventual intervención, sería mucho más difícil que prosperase. Todo tiene su tiempo y lugar, considero que los estudiantes deberían entender que aunque sean líderes políticos, no son líderes académicos, ni tendrían que serlo, pues ésta constituye otra dimensión de la vida universitaria, inherente al claustro profesoral. Ellos son importantes, valiosos, capaces, inteligentes, valientes, pero deben esperar. Su rol fundamental en este momento es aprender y formarse, serán los líderes del espacio al que su profesión los lleve, incluyendo la misma universidad si se quedan en ésta.
  2. Hemos sido testigos de la vehemencia con que los estudiantes han reaccionado históricamente cuando sienten o perciben que el Consejo Universitario amenaza alguno de sus derechos, esgrimiendo como voz de protesta que no “renunciarán a ninguno de sus derechos adquiridos”. Entonces me pregunto ¿Por qué este ejemplo de convicción, no es argumento suficiente para que todos los consejeros-profesores apoyemos la opción proporcional del voto?, pues si en el Reglamento Electoral UNET, los profesores tenemos cerca del 70% del voto, y nos vemos obligados a renunciar a ese derecho, lo lógico y racional es apoyar la opción que ofrezca el porcentaje más alto de participación profesoral.
Ante esta situación de discutir y decidir forzosamente sobre la ponderación del voto, a la cual el gobierno nos lleva obligados, debería plantearse si la Universidad debe ser democrática en el sentido eleccionario. Al respecto, Gordona (2006:s/p), expone:

"La democracia es un régimen político en virtud del cual los gobernados eligen a los gobernantes. Pero esta descripción, que es fundada cuando se aplica a la forma de gobierno de una nación, ¿Debe aplicarse también a las demás instituciones sociales que esa nación alberga? Se puede decir de estas diversas instituciones que son democráticas en cuanto sostienen la forma de gobierno democrática. Pero que lo sean en este sentido, ¿Las obliga además a ser democráticas en su propio interior?

Si llamamos democratismo a la tendencia no ya a respaldar la democracia como forma de gobierno sino a democratizar todo lo que haya dentro de la democracia, se advierte enseguida que ella es refutable por vía del absurdo. La familia, por ejemplo, ¿debe ser democrática? Una mayoría de tres hijos, ¿debiera imponerse a una minoría de dos padres? En el Ejército, ¿una mayoría de soldados tendría que prevalecer sobre una minoría de jefes y oficiales? La mayoría de los empleados de una empresa, ¿tendría que mandar sobre una minoría de accionistas y ejecutivos?

Bastan estos pocos ejemplos para ilustrar el hecho de que, siendo nuestra sociedad macrodemocrática en cuanto a la elección de sus gobernantes, no por ello está formada por una suma de microdemocracias en otros planos de la vida social. Lo que resultaría de la aplicación universal del principio "democratista" llevaría en verdad, más que a la profundización de la democracia, a su disolución en medio de la anarquía.

Acaso pretendemos que los alumnos elijan a sus maestros. Que los que aún no saben enseñen el camino a los que saben. Afuera quedarían los concursos por antecedentes y oposición en busca de la excelencia de las cátedras. Anuladas serían también las notas que califican a los mejores, aplazan a los peores y justifican las becas a los pobres a cambio de su esfuerzo. El resultado de esta supuesta "democratización" equivaldría a la negación lisa y llana del aprendizaje universitario.

Aristóteles sostuvo que la justicia consiste en tratar a los hombres como iguales en lo que son iguales y como desiguales en lo que son desiguales. Si los consideramos iguales en aquello que son desiguales, caemos en igualitarismo. Si los consideramos desiguales en lo que son iguales, caemos en elitismo.

La democracia existe allí donde trata como iguales a los hombres en lo que son iguales en cuanto ciudadanos, mediante la célebre fórmula "un hombre, un voto". Pero allí donde es necesario premiar el esfuerzo ya no puede regir la democracia sino la meritocracia, de acuerdo con la cual a cada persona, una vez que ha sido tratada como "igual" en su dignidad y en sus necesidades básicas (algo de lo cual todavía estamos lejos), se le permite llegar hasta donde le sea posible mediante el despliegue de su propio potencial.

Todos los jóvenes que aspiran a la universidad debieran gozar entonces de una igualdad de la cual muchos todavía carecen: la igualdad de oportunidades. Pero el resultado, a partir de este común punto de partida, ya no debería obedecer a un criterio igualitario sino al mérito de cada cual. La universidad, en suma, debe ser más democrática para facilitar el ingreso de todos aquellos que quieren y merecen estudiar en ella, pero también debe ser rigurosamente meritocrática en la provisión de las becas, las notas y las cátedras. Sólo así contribuiría plenamente a la realización de la democracia en cuanto forma de gobierno." (1)

Esta larga cita de Grondona(2006) que suscribo en su totalidad, resume mi visión sobre este asunto. En realidad se trata de una discusión necesaria y complicada porque nadie es el dueño de la verdad absoluta. Como humanos, sólo tenemos nuestra percepción particular. Además, quienes aspiran en lo inmediato o en el futuro a cargos de autoridad lucen muy cautelosos en expresar sus puntos de vista. Infiero que es por el temor natural a arriesgarse a herir las susceptibilidades de algunos de los gremios electores debido al alto costo político que supone opinar sobre este tema. Consciente de este riesgo,  asumo el costo que este escrito signifique para mi futuro político dentro de la UNET.

Estamos hablando de dos dimensiones muy diferentes. La dimensión política y las valoraciones que hacen potencialmente ganador a un candidato en ese ámbito, son muy diferentes a las que hacen merecedor del triunfo a un candidato en la academia. En el ámbito político el perfil es básico: tener la nacionalidad, ser mayor de cierta edad y listo... el resto es imagen, carisma y discurso, que por cierto pueden ser en muchos casos una farsa (de ahí la mala fama de los políticos). Por otra parte, en el ámbito académico, quien aspire a un cargo de autoridad, y no considero que pueda interpretarse como discriminatorio, debe contar con un perfil académico exigente, que garantice a la comunidad universitaria que quien resulte electo tenga las mejores credenciales de la institución para ese cargo, que sea excelente en las relaciones públicas, un modelo de ética y un líder con visión clara sobre el futuro de la academia.

Pareciera que no todos entienden claramente lo que es Academia. Los profesores no somos la Academia, somos parte de ella. También lo son los estudiantes y en algunos casos administrativos u obreros que puedan ayudar en el proceso de docencia, investigación y extensión. Así que no se defiende la Academia negociando la participación de los profesores en este nuevo universo electoral forzado. ¿Cuál es la diferencia de estar en desventaja de 3% frente al 97% con el voto "uno a uno", a estar en desventaja 20% frente al 80% con el voto proporcional que propone el gremio de profesores como condición obligante por las restricciones de ley. En bonita trampa hemos caído Sancho; profesores peleando contra molinos de viento!!!. Yo creo que como docentes, como académicos, tenemos que identificarnos con principios y defenderlos o como lo dice Shakespeare, Ser o no Ser.

Parte de esta confusión y controversia, a mi juicio, nace del sofisma de que los estudiantes son la esencia de la Universidad. Si así fuera, no seríamos diferentes de un kinder, una escuela o un liceo. La universidad se debe a la sociedad, en un sentido globalizado, la universidad pretende transformarla a través de la solución de sus problemas con su misión fundamental que es la búsqueda de la verdad, lo que nos lleva al tema del conocimiento, de lo que se investiga, de lo que se define, de lo se comparte, de lo que se divulga, de lo que se enseña y es allí cuando nace nuestra triada fundamental: investigación, docencia, extensión. Ahora bien, ¿Cuáles son los mecanismos de socialización de ese conocimiento, desde la Universidad? No son otros que la investigación, publicaciones, patentes, otros productos, impacto social directo y el desempeño de los egresados, quienes son por excelencia nuestros caballos de Troya, nuestros reservorios de saber, de conocimiento, de capacidad de analizar y gerenciar, son el medio por excelencia de hacer llegar nuestro conocimiento a la sociedad.

Obviamente con esta visión que tengo de la Academia, se me hace difícil pensar que los profesores podríamos o deberíamos renunciar a la responsabilidad (noten que no digo "el derecho") de ser los líderes académicos de la institución. Claro quizás tengo una visión romántica o utópica de la Universidad, pues quien revise nuestra realidad notará que tanto las peticiones o demandas de cualquier gremio, incluyendo el de los profesores, usualmente son socio-económicas y rara vez académicas. Muy poco nos ocupamos de mejorar la esencia de la academia. Y el gobierno a sabiendas de eso, se ha ocupado de introducir en forma de ley, un virus demagógico para que nos destruyamos desde adentro con esta situación que estamos enfrentando ahora.

Como dije antes, son convicciones y ante los ojos de ustedes podría estar equivocado, y podrían tener razón, pero justo en eso estamos, en la búsqueda de la verdad. Insistir en que esto es sólo un asunto de poder y de sus cuotas asociadas, nos debilitará mucho; en realidad es un asunto académico y no deberíamos permitir que la política lo contamine.

Argumentos muy válidos, a mi juicio, formulados por el ex-rector Luis Fuenmayor Toro (2) y por el profesor Felipe Pachano (3) hablan sobre la inconveniencia del voto paritario y el voto uno a uno; dichos argumentos los compartí con ustedes por esta misma vía. Luis Britto García(4) hace planteamientos interesantes que también compartí con ustedes el día de ayer. De la misma forma les invito a escuchar a la psicóloga chilena Pilar Sordo (5), sobre su visión sobre la familia y les pediré la abstracción de cambiar las palabras “familia” por “universidad”, “padres” por “profesores” e “hijos” por “estudiantes” y creo que el mensaje será interesante, pues la analogía es muy válida.

El esquema para seleccionar las autoridades, decanos y jefes de departamento en muchas de las universidades más prestigiosas del mundo, exige que los candidatos provengan de otras instituciones, y a través de un concurso deben presentar a la comunidad sus credenciales, talento, competencias y virtudes, así como el financiamiento y equipos que tienen para investigación, conseguido a través de proyectos para la industria o la nación, y los indicadores de logros de su cargo actual. Así una vez que concluye su mandato en la cualquier universidad, su destino será ser simplemente profesor de esa universidad, o postularse como candidato para un cargo de autoridad en otra universidad. Este mecanismo de designación rompe con el sistema clientelar tan enquistado en nuestras instituciones; que prácticamente obliga a los aspirantes a un cargo a usar estrategias poco éticas para conseguir el apoyo electoral; por ello, quien ofrece bienes o favores, o parece inofensivo, cómplice o complaciente al momento de aplicar sanciones, o quien violenta la equidad en favor de algunos, tiene más opciones de obtener el cargo con respecto a quien tiene las mejores credenciales académicas y de gestión; es un modelo de ética, estricto y justo.

De la misma manera debe ocurrir la selección e ingreso de los profesores a la Universidad, a través de concursos en los que se valoren las credenciales, los conocimientos en el área específica y sus habilidades pedagógicas. Ello haría que alguien al superar este filtro recibiera la investidura académica, lo cual haría un miembro del personal académico diferente a los demás miembros de la comunidad, por ser un líder académico, y al igual que un sacerdote católico, que no podría ser subordinado a un diácono, tampoco podría hacerlo ante otro miembro diferente. Esto tampoco supone una exclusión o discriminación absoluta, pues si un miembro del personal administrativo u obrero tuviera las credenciales de mérito, deberían darse todas las facilidades para que optara a un cargo académico y así teniendo la investidura académica, podría ser elegible como candidato a autoridad.

Todos los argumentos antes presentados, explican por qué en las Universidades mejor rankeadas del mundo la ponderación del voto para los profesores está entre el 60% y el 100%. En ese sentido y cediendo ante una cuestionada ley sólo hasta donde me parece admisible, haré una propuesta de participación proporcional que es parcialmente congruente con mi exposición previa:

  • 33,33% Profesores. (incluyendo jubilados y contratados).
  • 33,33% Estudiantes y Egresados.
  • 33,33% Administrativos y Obreros. (incluyendo jubilados y contratados)

Si esta propuesta no resulta aceptable en el Consejo Universitario, y viéndome obligado por las circunstancias y por mi deber como Consejero Universitario,  naturalmente apoyaré la otra opción del "voto proporcional" y no el "voto uno a uno".

Atentamente,


Algunas citas famosas:

"Prefiero morir de pie que vivir arrodillado" - Emiliano Zapata, Dolores Ibárruri, José Martí, Benito Juárez García, Ché Guevara, entre otros.

"La falta de formación y el análisis pobre y efímero no permiten valorar la verdad y lo que tiene valor en sí, y conducen a la falta de aprecio tanto de las personas como de las acciones correctas. Y la falta de aprecio a lo genuino y a lo que cuenta lleva a la ruina física y moral, y a dar tumbos bruscos, fruto de la improvisación, del no saber detrás de lo que se anda y de la desidia. La auténtica educación es contraria a este espíritu." - anónimo

"Es probable que cualquiera de nosotros, puestos en tan dramáticas circunstancias, se hubiese comportado de manera parecida. Como esos prudentes espectadores de entonces, alegaríamos que no habíamos causado el mal, que nada sabíamos, que no era cosa nuestra, que el primer deber nos pide salvar la propia vida, que no tenemos madera de héroe. Son distintas versiones de la socorrida (y falsa) disculpa de que nuestra obligación moral estriba solo en no hacer daño al prójimo, pero no en impedirlo o reducirlo aun cuando ello esté a nuestro alcance." - Aurelio Arteta


Referencias:

(1) http://www.lanacion.com.ar/870168-la-universidad-debe-ser-democratica "La Universidad, ¿Debe ser democrática?", donde Mariano Grondona explica claramente la falacia de la FUBA en su artículo de La Nación (Argentina), Domingo 24 de diciembre de 2006 (vía Prof. Ricardo Contreras.).

(2) http://www.aporrea.org/educacion/a86856.html Luis Fuenmayor Toro (UCV)




Glosario de términos:

Sofisma: argumentación falsa, pero de apariencia verdadera, con la que se pretende confundir a otra persona. Silogismo vicioso o argumento capcioso con que se pretende hacer pasar lo falso por verdadero.

Demagogia: es una idea política que consiste en que los políticos, mediante concesiones y halagos a los sentimientos elementales de los ciudadanos, tratan de conseguir o mantener el poder. También puede referirse a la utilización de sentencias más o menos reales sin aportar matices de tal manera que la frase suene fuerte y dura para así mover a la gente a favor del orador.
De esta forma también se considera como demagogia esa oratoria que permite atraer hacia los intereses propios las decisiones de los demás utilizando falacias o argumentos aparentemente válidos que, sin embargo, tras un análisis de las circunstancias, pueden resultar inválidos o simplistas.
La demagogia es frecuentemente asociada con el favorecimiento y la estimulación de las ambiciones y sentimientos de la población, tal como se presentan espontáneamente. Las promesas que suelen realizar los políticos durante las campañas electorales, son habitualmente criticadas como demagógicas, cuando aparecen como irrealizables. Las democracias liberales modernas, han sido reiteradamente cuestionadas atribuyéndoles la condición de sistemas demagógicos, debido a la utilización intensiva de técnicas publicitarias características del marketing, a la personalización de las candidaturas, la manipulación de los medios de comunicación de masas postergando el análisis político escrito, y el recurso sistemático a polarizaciones absolutas (bien-mal, democracia-antidemocracia, desarrollo-atraso, honestidad-corrupción), o conceptos imprecisos ("el cambio", "la alegría", "la seguridad", "la justicia", "la paz","La libertad","La igualdad" )
Quienes cometen actos de demagogia son denominados demagogos. Para ello suelen contar con equipos de profesionales que aprovechan particulares situaciones histórico-políticas excepcionales, dirigiéndolas para fines propios, para ganar el apoyo de la población, mediante mecanismos publicitarios, dramáticos y psicológicos.
La demagogia puede ser utilizada también para enfrentar poderes legítimamente constituidos, haciendo valer sus propias demandas inmediatas e incontroladas. En este caso el romano Polibio hablaba más propiamente de oclocracia (gobierno de la muchedumbre) como desvirtuación de la democracia (gobierno del pueblo). En este sentido, pensadores como Michael Hardt o Antonio Negri consideran que el gobierno del pueblo es el único sistema democrático real, y cuestionan como demagógicas a las democracias occidentales modernas basadas en la utilización intensiva de los medios de comunicación de masas y la realización de elecciones fuertemente influidas por la demagogia, la falta de educación y la mercadotecnia.
En la historia de las doctrinas políticas se considera que fue Aristóteles quien individualizó y definió por primera vez la demagogia, definiéndola como la “forma corrupta o degenerada de la democracia” que lleva a la institución de un gobierno tiránico de las clases inferiores o, más a menudo, de muchos o de unos que gobiernan en nombre del pueblo.
Aristóteles sostenía que cuando en los gobiernos populares la ley es subordinada al capricho de los muchos, definidos por él como los pobres, surgen los demagogos que halagan a los ciudadanos, dan máxima importancia a sus sentimientos y orientan la acción política en función de los mismos. Aristóteles define por lo tanto, al demagogo como “adulador del pueblo”.